EL REGRESO A. Bufano.
Las distancias, los mares y los astros
te hicieron lejanía en mi recuerdo.
Tu presencia en mi alma hecha de siglos
era lluvia unas veces y otras viento.
Mi amor esperó en vano entre las brumas
el hilillo del sol en tu regreso,
de ese regreso tuyo, tan soñado,
y que ha sido tan solo un pobre sueño.
Un pobre sueño como tantos otros
que un día entre mis hierbas florecieron.
Lábiles juncos cuyo aroma ahora
me llega, como tu alma, desde lejos.
Una tarde otoñal, honda de nubes
y amarilla de hojas y de tedio,
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por tres palabras simples como el agua
fina y celeste de los arroyuelos
supe que tú ya nunca volverías
a nuestra casa! Pero yo te espero!
Te espero aún, no importa que a mi alma
le hayan dicho que has muerto.
Un día has de cruzar el mar ignoto,
entre las jarcias de espectral velero
y tocarás la orilla que dejaste
y vendrás a mi encuentro,
azulando el camino con tus ojos
y aromando la tierra con tu cuerpo
las tres palabras se abren en mis carnes
como tres rosas! Pero yo te espero!
MARCO GEOGRAFICO:
Hay muchos elementos naturales o bien de la naturaleza para expresar la magnitud de sus sentimientos (mares, astros, lluvia, viento, brumas, sol, hierbas juncos, otoñal, hojas, nubes, agua, arroyuelos, camino, tierra, rosas)
MARCO BiOGRAFICO
El poema se gesta en dos sentimientos inmensos y contrapuestos, que son el dolor y el amor. Ambos se manifiestan en lo más grande y sensible que tiene el ser humano y que es el alma. El dolor se hace presente cuando el se entera de la muerte de su hermana.
Además hay otro elemento importante y fundamental que es la muerte y que en este caso es la que provoca el dolor. Y parece que el corazón de el poeta no acepta ésta decisión divina de separarlos y por más que el sabe que es imposible, sigue esperando. Alguien dijo acertadamente alguna vez “El corazón tiene razones que la razón no entiende.”
El regreso
Cuando el destierro nos arrebata un ser querido parece que un pedazo del corazón hubiésemos perdido.
Geográficamente, sideralmente, en una el cuerpo y en la otra el alma, las distancias, esas distancias, de las que nos habla Bufano configuran “ la lejanía” en el recuerdo.
Una lejanía, que se nos antoja, una paradoja, y porque no una antítesis, porque ella (su hermana) está presente, no la nombra, pero se advierte en el “te” y “tu” el núcleo de su presencia fraternal.
Una parte (mi amor) espera entre la niebla (lo gris de su existencia) el día nuevo, el día soleado que traerá (desde su fe) el tan esperado ser femenino.
Pero hubo muchos sueños, caducos como algunos arbustos, que sin embargo le embriagan desde el ayer, “aroma”, que a resultas es perenne, como el “ alma” desde lejos.
Aparentemente, es una estación otoñal, en la que se puede interpretar una plurisignificación, "otoñal”, porque temporalmente, efectivamente era el otoño, pero no olvidemos que el escritor dijo “hecha de siglos” refiriéndose al alma, un ser envejecido de espera o en el ocaso de su vida, cuando ya están amarillas las páginas de su existencia.
Las nubes allá en lo alto se le antojan “hondas” quizás profundas, y en ese clímax, el autor se enfrenta a la dura realidad “supe que tu ya nunca volverías” para concluir el verso con una antítesis “Pero yo te espero”.
“Te espero más allá de la muerte, “un día has de cruzar el mar ignoto”
Convoca a su amor (a ella), océanicamente, la coloca en las “jarcias” pero no del todo porque “espectral” (velero) es un fantasma de su propio misticismo, la coloca en su esperanza, en la fe su regreso en “la orilla” y en el “encuentro”. Ella viene del cielo, desparramando sus ojos de azul “azulando el camino con sus ojos”, para volver nuevamente, cronológicamente, físicamente a la tierra, y como una antítesis dice: “aromando la tierra con tu cuerpo”.
Prosopopéyicamente las tres palabras, se abren en sus carnes, como tres rosas, las que tienen espinas y causan dolor, el dolor de lo incomprensible, por lo determinado por DIOS ¡Pero yo te espero!
Podría decirse que este poema es una oración del regreso, un callado diálogo con el espíritu de su hermana.
Solamente un espíritu cristiano como el de nuestro escritor puede entender que hay una vida después de esta terrenal. El dice “vendrás a mi encuentro”, cuando en realidad el regreso se producirá en la máxima distancia señalada, en la mejor instancia que nos ofrece el cielo.
La muerte de su hermana es un hecho real, ella está sepultada en España y tiene además un marco geográfico y lírico: hierbas, juncos, amarillas hojas, tarde otoñal, honda de nubes, agua fina y celeste de los arroyuelos, quién podría decir acaso que estas imágenes no pertenecen a Mendoza?
Por último al decir de JUAN PINTO: “Es un poeta que descubre a Dios en la Naturaleza y se pierde en los atardeceres, en un acallado diálogo en las cosas de Dios: árboles, ríos, piedras nubes, flores, ecos voces animales. Y todo es para su verso castellano, o para dar la limpia y retozona canción lugareña, o para el erguido romance de siempre.”
Figuras literarias
Enumeración: “Las distancias, los mares y los astros”
El autor enumera y dice: “Las distancias”, enumerando ya que evidentemente en él había, dos distancias, la de esta tierra a España, y de la vida terrenal al Paraíso. Había que atravesar el mar para llegar hasta ella, su hermana (físicamente) o ascender a lo cósmico (espiritualmente)
Metáfora: “lejanía en mi recuerdo” por decir parte del cuerpo de ella. Asimismo esta figura puede considerarce como una paradoja, ya que la presencia del personaje es indiscutible al momento mismo de convocar la palabra al poeta.
Sinédoque: “en mi alma” por decir en mi, toma parte de la persona por el todo.
Hipérbole: “hecha de siglos” el alma formada por siglos, el alma vieja de esperar, se puede interpretar además una plurisignificación: se refiere a la eternidad del alma.
Metáfora: “lluvia” por decir llanto que produce la ausencia querida.
Metáfora: “viento”, al decir de un gran escritor: “Tengo recuerdos de los que nunca quisiera separarme, sin embargo me atacan como crueles enemigos”, el viento azota, el viento ataca.
Sinédoque: “Mi amor”, la parte por el todo “yo”
Metáfora e imágen visual: “brumas”, es decir desesperanza, por decir tristeza.
Metáfora: “hilillo de sol” por decir “Tibieza corpórea de su hermana.
Concatenación: “de tu regreso; de ese regreso tuyo, tan soñado” reitera el término regreso y finaliza con la metáfora “tan soñado” por decir tan ansiado.
Adjetivo descriptivo: “pobre sueño” minimiza sus desesperanzados sueños.
Comparación: “Un pobre sueño”, como tantos otros” hubieron muchas otras esperas hubo de claudicar muchas ilusiones de regreso.
Metáfora: “mis hierbas” por decir en el jardín del sentimiento.
Metáfora: “lábiles juncos” por decir caducos sueños, pero a pesar de ello de su fragil vida aún el “aroma” persiste desde muy lejos.
Comparación: “me llega como tu alma desde lejos” y dentro de esta figura el autor incluye otra sinédoque “tu alma” por decir “tu” la parte por el todo.
Cronografía: “Una tarde otoñal, honda de nubes, y amarilla de hojas y tedio”
Bufano, nos describe una estación otoño, estaba nublado, había hojas nubladas por todas lados, y eso le producía una sensación de hastío.
Topografía: “honda de nubes y amarilla de hojas y de tedio”
Comparación: “tres palabras simples como el agua”, porque los términos cual el agua son transparentes, el agua corre en el cauce, palabra avanza por el papel, el espacio y el sentimiento.
Imagen visual: “fina y celeste de los arroyuelos” el autor describe y compara el agua con la simpleza, la ausencia de mezcla con sustancias que la enturbien o complejen. Caracteriza al agua fina y celeste como es la de los arroyos de Mendoza que que es cristalina y pura. Pero cuando el poeta le da un color celestial , es que quizás está pensando que el agua de los arroyuelos de Mendoza es comparable con el cielo.
Concatenación: “Pero yo te espero. espero aún...” Hay una contrapocisión entre la razón y el corazón. Este no entiende de razones, y se resiste a resignarse y sigue esperando.
Gradación: “has de cruzar” “tocarás la orilla”, “vendrás a mi encuentro” el poeta va gradualmente hacia el el encuentro, más allá de la muerte.
Epíteto: Se refiere a un espacio desconocido y lejano que se supone se encuentra en la eternidad que sigue a la muerte y en la cual las almas se encuentran algún día. Hay además, entendemos una plurisignificación las profundidades máximas marinas aún son desconocidas (ignotas) por lo que el adjetivo ignoto a mar le es característico, o aún el autor asimismo puede referirse a un mar celestial y eterno, que también metafóricamente es ignoto.
Metáfora: “Aromando la tierra con tu cuerpo”, la parte material del ser humano que es el cuerpo que queda en la tierra, lo cual agrada a los seres queridos, y dice aromando por decir perfumando esta tierra.
Hipérbole: “las tres palabras” se abren en mis carnes, seguramente, así lo entendemos son las tres que le anunciaron la muerte de su hermana, y son las que le provocaron tan inmenso dolor.
Anáfora: “Y tocarás la orilla que dejaste”
“Y vendrás a mi encuentro”
Paralelismo: “azulando el camino con tus ojos”