miércoles, 29 de agosto de 2007

SE FUERON AL CINE

Mi papi era fanático del cine. Tanto los martes, jueves y sábados era infaltable. Tenía todo un método para escabullirse entre la gente sin pagar. Algunos días, sin que el acomodador lo advirtiera, juntaba las entradas que algunos tiraban y talones, luego en casa unía ambas partes, con una precisión increíble. Con esas entradas adulteradas, ingresaba al cine, sin pagar un centavo. Hablaba de películas y directores con absoluta autoridad. Algunos días la llevaba a mi madre. Ella se preparaba pintando sus labios y colocándose aros y collares, rematando con tacos altos clásicos, que alguna patrona, le había regalado. Se miraba en el espejo y decía:¿Cómo me veo?, ¿Estoy gorda?, ¿Tengo panza?. Nosotros tres revoloteando alrededor de ella. Lo importante era a la vuelta. Ella tenía una magia especial , para relatar las películas. A través de sus relatos, concurríamos al cine, describía los personajes exhaustivamente, con lujo de detalles, voces, risas, gritos. Mi padre nos contaba las películas de Disney. De vez en cuando, íbamos nosotros también al cine. La Julieta y Carlos concurrían, si habían logrado juntar alguna que otra moneda.